Renunciar a una herencia: ¿Cómo y por qué?
11/11/2019
Dice el refrán que el mejor legado de una persona es
un poco de su tiempo cada día. Las herencias acostumbran a generar sentimientos
contrapuestos, y en demasiadas ocasiones pueden ser el principio del fin de una
relación familiar. O, al contrario de lo que cabe pensar, el inicio de un
camino que conduce a la ruina económica. Por ello hay que saber cómo y
por qué, en ocasiones, renunciar a una herencia puede ser la mejor decisión.
Las herencias son procedimientos cuya complejidad
reside en las circunstancias que las envuelvan. El valor de lo heredado es una
de las principales, así como el número de herederos involucrados, el grado de
consanguinidad, si existe o no testamento, el tipo de bienes a repartir y un largo etcétera de
condicionantes que marcarán el resultado final.
Lejos de lo que se pueda pensar, en lo patrimonial,
una herencia no siempre es sinónimo de hacer caja, porque al aceptar los
bienes, el dinero o las propiedades, también se aceptan las cargas y
las deudas que vengan adosadas. Y ser consciente de ello puede salvarte.
El repudiar una herencia -término
correcto en jerga jurídica- puede aliviarte más de un quebradero de cabeza, y
de hecho el número de herederos que repudian es elevado (por señalar una cifra,
en Andalucía, a principios de 2017, el Consejo General del Notariado apuntó que
se producían 19 renuncias al día). Suscita dos preguntas: ¿por qué debería
renunciar a mi herencia, y cómo?
José Antonio Ferrer, del despacho Ferrer Asociados, de Jávea, en Alicante, explica
que el motivo fundamental que lleva a repudiar una herencia es que
suponga más deudas que beneficio. "El motivo de las deudas es el
principal y mayoritario, pero no es el único" analiza este abogado
especialista en sucesiones, que apunta que "también se renuncia por
liberalidad, por ejemplo, dos hermanos donde uno no tiene apenas patrimonio y
el otro tiene mucho, éste repudia la herencia y aquél se beneficia de la
totalidad".
El motivo por el que una persona puede optar por
renunciar a su legado suele ser que éste suponga un coste en lugar de
un beneficio –por ejemplo, cuando el fallecido tuviera más deudas que
bienes-.
También que los herederos no puedan hacer frente a los
impuestos que deben abonarse para poder aceptar la herencia, como el Impuesto
sobre Sucesiones y Donaciones o el Impuesto Municipal de Incremento de Valor de
los Terrenos de Naturaleza Urbana (más conocido como plusvalía municipal). Otro
caso posible es que la aceptación de la herencia suponga grandes gastos
vinculados a los bienes que se van a heredar (por ejemplo, viviendas en ruinas
o en lugares abandonados).
Elena Crespo, abogada especialista en Derecho
de Familia en Barcelona
Para saber si conviene o no repudiar una herencia
existe "el derecho a deliberar, que sirve para examinar el estado de la
herencia, antes de decidirse por la aceptación o repudiación de la misma"
recuerda Ferrer. Tiempo para conocer y valorar si la herencia puede
generar deudas en tu patrimonio.
Varias formas de aceptar una herencia
Para entender lo que supone renunciar a una herencia
es necesario conocer que existen dos vías para aceptarla. Una, la hecha 'pura y
simplemente' "que significa que tu patrimonio y el patrimonio
heredado se funden en uno solo" indica Ferrer, quien ejemplifica:
"Si tienes un patrimonio de 100 y debes 20, y te llega una herencia de 100
con 300 de deudas, si la aceptas al final tienes un patrimonio de 200 y debes
320". Un mal negocio.
La segunda vía es la del beneficio de
inventario, que significa
que las posibles deudas se paguen con el patrimonio de lo heredado sin
que salten al patrimonio del heredero. Es una forma de protegerse ante posibles
acreedores inesperados.
¿Cómo se renuncia a una herencia?
"La repudia se puede hacer ante notario, en la
mayoría de las veces es así. También puede hacerse por vía judicial"
analiza José Antonio Ferrer, quien recuerda: "La herencia se entiende
aceptada al momento del fallecimiento. Es decir, tanto si aceptas la herencia
del causante como si la repudias, los efectos de la decisión existen desde el
día del fallecimiento, aunque hayan pasado meses".
Por lo tanto, para decir no a una herencia como norma
general bastará con comparecer en notaría y renunciar.
Aunque, como hemos apuntado al principio, pueden
existir factores que rompan con el criterio general (en este artículo nos
referimos al Derecho Común que regula para toda España el tema de las
sucesiones, ya que existen Derechos Forales en Cataluña, Aragón, Euskadi,
Navarra y Galicia que pueden hacer salvedades regionales).
Uno de esos supuestos puede ser el de la
"aceptación tácita de la herencia, que significa que, aunque formalmente
el heredero no va al notario a aceptarla, sí lleva a cabo actos de los que se
presume que es el dueño de los bienes heredaros" detalla Ferrer.
¿Puede una persona recibir una herencia sin tener
constancia de ello? No, ya que el heredero es
quien debe aceptar la herencia y, para ello, deberá acreditar que es familia
del causante (salvo que aparezca en el testamento), y que no hay otros
familiares más cercanos que merezcan esa herencia, por lo que además de reunir
pruebas como el certificado de nacimiento deberá aportar dos testigos.
Por último, Ferrer recuerda que
por el Artículo 1005 del
Código Civil, ante un
fallecimiento en el que los herederos no se pronuncien, "el notario puede
requerir a los causahabientes para que acepten o repudien la herencia, y si los
herederos no se manifiestan en el plazo de treinta días naturales, se entenderá
que se acepta la herencia".
Artículo 1005 del Código Civil: Cualquier interesado que acredite su interés en que el
heredero acepte o repudie la herencia podrá acudir al Notario para que éste
comunique al llamado que tiene un plazo de treinta días naturales para aceptar
pura o simplemente, o a beneficio de inventario, o repudiar la herencia. El
Notario le indicará, además, que si no manifestare su voluntad en dicho plazo
se entenderá aceptada la herencia pura y simplemente